jueves, 18 de junio de 2015

Los cien pies gigantes puede matar de un rasguño.


Originario principalmente de las tierras bajas de Venezuela (incluida la Isla de Margarita), Colombia y las islas de Trinidad, Jamaica, Aruba y Curazao el cien pies gigante o Scolopendra gigantea, es una especie de miriápodo (similares a los insectos en algunos aspectos, pero con muchos caracteres que los diferencian de éstos), es un animal carnívoro, se alimenta de lagartijas, ranas, aves, ratones, murciélagos y también de tarántulas.

Es la especie de mayor tamaño del género Scolopendra. En promedio mide 26 cm de longitud, pero puede sobrepasar los 30 cm.

Presenta tenazas, que son patas modificadas llamadas forcípulas que se curvan alrededor de su cabeza y puede inocular veneno en su presa.

El veneno contiene acetilcolina, histamina y serotonina (mediadores del dolor), proteasas y un factor cardiodepresor.



Su veneno es potente y es tóxico para los humanos y causando una inflamación severa, escalofríos, fiebre y debilidad. Sin embargo, a pesar de ser dolorosas, sus picaduras rara vez son fatales para los seres humanos, pero en animales pequeños como una rata o lagartija puede matar a su presa con tan solo un rasguño.

La medida de velocidad utilizada en la navegación marítima conocida como nudo tiene origen en una cuerda.


Antiguamente, un tripulante disponía de una cuerda o línea con nudos a intervalos regulares y una pieza de madera, otro tripulante disponía de un reloj de arena de alrededor de medio minuto.

El primero arrojaba el tronco al agua por la popa y dejaba correr la línea que, en su primer tramo, no tenía nudos a fin de darle tiempo al tronco a flotar y quedar estacionario en el agua.


Cuando llegaba al primer nudo daba la orden al otro tripulante para que diera vuelta el reloj y comenzara a contar el tiempo preestablecido.

Cuando caía el último grano de arena, el tripulante a cargo del reloj daba la orden de hacer firme la línea. Habitualmente, el tripulante que sostenía la línea iba contando los nudos de ésta en la medida que iba dejando correr la línea, por lo cual bastaba estimar la fracción de cuerda entre el último nudo y su mano para informar la velocidad.

En otros casos, los nudos se hacían de distinto material o con distintas formas para reconocerlos directamente, sin necesidad de contarlos, tal como se hacía en las sondalezas. 

lunes, 15 de junio de 2015

El Lagarto Cornudo se defiende con sangre

Los lagartos cornudos, son del grupo de agamidos (Phrynosoma) son un género de saurópsidosescamosos de la familia Phrynosomatidae.

Se caracterizan por tener el cuerpo aplanado en forma oval con una hilera de espinas rodeando los costados y una especie de cuernos en la cabeza.

La forma y número de los cuernos en la cabeza varía según la especie.

Sus especies se distribuyen por América, desde el sur de Canadá hasta Guatemala.

Suelen eludir a sus depredadores (el perro y el coyote) huyendo, sin embargo cuando no son lo suficientemente veloces para escapar arrojan sangre en forma de chorro, a través de una glándula en los lagrimales, esta sustancia cuenta con una muy mala fragancia y sabor, por lo que es muy efectiva ahuyentando a los depredadores.



Es inusual que este comportamiento se repita en presencia del hombre, aunque algunos especímenes lo hacen cuando se sienten amenazados.

Usualmente se refugian entre arbustos, piedras y troncos, aunque en búsqueda de protección esta especie se suele enterrar (con el fin de conciliar el sueño y alejarse de los depredadores), si las condiciones del suelo son las adecuadas. Alcanzan más de los tres años de edad antes de perecer.

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