Esto se debe a los consumidores que por falta de cultura tiran chicles en las calles, los pegan en banquetas, bancas, mesas, puertas de metro etc..., lo cual provoca altos costos y dificultades en quitarlos de establecimientos públicos, también perjudicando el funcionamiento en los trenes, debido a que los usuarios tenían la mala costumbre de pegar chicles en las puertas afectando el funcionamiento de estas mismas.
Los turistas que visitan este país tienen que declarar la cantidad de goma de mascar que llevan con sigo, la multa por pegar un chicle en un lugar público es de 294 dólares.
Así que si eres fan de este dulce y vas a Singapur ten mucho cuidado donde dejas tu chicle.
